Hablaré un poco sobre temas relojiles, por si fuera útil.
Pocas posesiones materiales despiertan en mí el magnetismo que tienen los relojes. Este tema da para mucho y en el fondo es una evolución de pensamientos que van cambiando y a veces rozan lo místico, pero aquí seré breve hablando sobre algunos puntos concretos que creo merecen la pena destacar.
Desde niño he tenido varios relojes aunque en realidad solo he usado 4 o 5 de manera diaria y constante. Cada uno es reflejo de una época y me teletransporta inmediatamente a ella nada más verlo. En una ocasión, hace ya años, tuve una visión clarificadora: cuando abrí la caja donde guardaba los relojes solo seguía funcionando el reloj Casio.
Después quedé fascinado por los relojes mecánicos y acabé usando un Seiko (de color naranja, claro). Las sensaciones de esa maquinaria eran maravillosas y el movimiento del segundero, realmente hipnótico. Pero me di cuenta que los relojes mecánicos no son la solución como reloj útil a día de hoy. Tuvieron su época, cuando no había otra cosa, pero han sido superados de lejos por los relojes digitales.
Los mecánicos han encontrado su hueco de ventas como reloj-joya, muy bellos y tal, deslumbrantes y con magia, pero no para el día a día. Son frágiles y carecen de las características imprescindibles que busco en un reloj, que son las siguientes:
Los nuevos smartwatches seguro que hacen maravillas ahora y harán más en el futuro, pero no cumplen estos requisitos. Quizás deberían cambiarse el nombre a algo distinto de reloj, para no confundir.
Estar de viaje es un escenario real que quita todas las dudas: no me imagino un reloj con el que uno no pueda bañarse en el mar, que no tenga luz propia con la que ver la hora de noche o alarma con la que despertarse en un tren nocturno. Tampoco quiero uno dispositivo del que estar pendiente por si se raya o llama demasiado la atención como para ser robado. Se convertiría en una carga en vez de una herramienta. Sobre este punto de la "despreocupación" volveré más adelante. Dejo las sabias palabras de Julio Cortázar hablando del reloj:
Mismo texto con su propia voz, que añade valor:
Pocas posesiones materiales despiertan en mí el magnetismo que tienen los relojes. Este tema da para mucho y en el fondo es una evolución de pensamientos que van cambiando y a veces rozan lo místico, pero aquí seré breve hablando sobre algunos puntos concretos que creo merecen la pena destacar.
Desde niño he tenido varios relojes aunque en realidad solo he usado 4 o 5 de manera diaria y constante. Cada uno es reflejo de una época y me teletransporta inmediatamente a ella nada más verlo. En una ocasión, hace ya años, tuve una visión clarificadora: cuando abrí la caja donde guardaba los relojes solo seguía funcionando el reloj Casio.
Después quedé fascinado por los relojes mecánicos y acabé usando un Seiko (de color naranja, claro). Las sensaciones de esa maquinaria eran maravillosas y el movimiento del segundero, realmente hipnótico. Pero me di cuenta que los relojes mecánicos no son la solución como reloj útil a día de hoy. Tuvieron su época, cuando no había otra cosa, pero han sido superados de lejos por los relojes digitales.
Mi Seiko Sumo tomando un baño. |
Mi primer Casio, modelo Digi Graph DGW-30, junto con su pariente G-Shock G-6900. |
- Hora, evidentemente. Pero deben dan la hora siempre y en cualquier escenario. No es admisible que se paren, se queden sin batería o no se pueda ver la hora porque no haya luz.
- Luz, precisamente para ver la hora cuando no hay luz.
- Cronómetro, que es de grandísima utilidad.
- Alarma. Pues igual de útil.
- Fiable y resistente. Debe aguantar el trajín diario, eso incluye caídas al suelo, golpes, resistente al agua, etc.
- Autonomía. Debe apañarse él solito de hacer sur funciones durante mucho tiempo.
Los nuevos smartwatches seguro que hacen maravillas ahora y harán más en el futuro, pero no cumplen estos requisitos. Quizás deberían cambiarse el nombre a algo distinto de reloj, para no confundir.
Estar de viaje es un escenario real que quita todas las dudas: no me imagino un reloj con el que uno no pueda bañarse en el mar, que no tenga luz propia con la que ver la hora de noche o alarma con la que despertarse en un tren nocturno. Tampoco quiero uno dispositivo del que estar pendiente por si se raya o llama demasiado la atención como para ser robado. Se convertiría en una carga en vez de una herramienta. Sobre este punto de la "despreocupación" volveré más adelante. Dejo las sabias palabras de Julio Cortázar hablando del reloj:
"Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj."
Mismo texto con su propia voz, que añade valor:
Descubrir los G-Shock fue todo un acierto. Tienen todo lo que busco en un reloj. Aquí hice una página de mi cuaderno a modo de carta de amor a los G-Shock:
Me centré hablando de los modelos de la serie 5 porque, junto con los modelos 6900, son los únicos G-Shock que me gustan estéticamente.
Hace años hice algo similar hablando de los Casios en general:
La siguiente reflexión da que pensar: ¿cómo es posible que un diseño de los años 80 siga no sólo vigente 35 años después sino que, probablemente, no ha sido superado aún? Hay más tecnología y conocimiento pero lamentablemente hoy todo está lleno de productos mal diseñados a propósito y es raro encontrar algo libre de la obsolescencia programada.
Hace poco, estando en Tokio, compré un modelo que siempre me llamó la atención, el GW-5000, que tiene todo lo bueno pero que sólo se vende en Japón. Por suerte lo encontré más barato de lo que esperaba y aproveché para autorregalármelo por mi cumpleaños. Realmente bonito, siendo su parte trasera la más espectacular, que nunca se ve. Mejor.
Casio GW-5000 sin bisel. |
Es el reloj que estoy usando durante este viaje y no puedo estar más contento. Además no llama la atención y la gente lo confunde con un Casio de los baratos. Solo el dueño sabe el tesoro que lleva en la muñeca. No atrae la atención de ladrones y no brilla a la hora de regatear en los puestos callejeros, lo que sería una desventaja considerable.
Aun así, las reflexiones acerca de los relojes nunca paran y siempre se plantean nuevas ideas. A pesar de haber modelos completos y casi galácticos al final los mejores relojes tienen la magia de la sencillez. Y aquí retomo el aspecto de la despreocupación. No importa lo bueno que sea el reloj porque si ha costado cierta cantidad de dinero se tenderá instintivamente a protegerlo, quizás más de lo debido. Dejaría de ser una herramienta. Un arañazo en el cristal de un reloj de 300€ dolería mucho más que en uno de 15€. Bañarse en el mar con un reloj caro casi obliga a lavarlo después por miedo a que se deterioren los compuestos de goma o aparezca corrosión en el metal. O incluso desarmar el bisel para limpiar sal y arena entre éste y la caja.
Por esto, los Casios más sencillos son los mejores relojes. Porque además de eliminar la carga de la preocupación siguen teniendo una calidad extraordinaria. Durarán años sin cuidarlos. Y como extra desprenden más encanto y emociones que otros muchos. Todo ventajas.
Casio W-800H. |
Pero en el mundo actual de las apariencias llevar un Casio es sinónimo de fracaso, inexplicablemente. La gente no valora objetivamente a la máquina y decide si es buena o no de manera lógica, sino que le atribuye etiquetas y opiniones, generalmente elaboradas meticulosamente por la industria del consumo. Sin embargo en Asia es normal ver Casios por todos lados y en Japón es habitual encontrar salarymen, con traje y corbata, con Casios en la muñeca. Están orgullosos de su marca.
Llevar un Casio barato no es para cualquiera. Alguien con baja autoestima sentiría la presión social y alguien con cierto éxito (e inseguridades) tendría la necesidad de mostrarlo a través de un reloj caro. Esto es genial porque precisamente mantener "perfil bajo" es un gran superpoder de los Casios para el que lo sepa poner a su favor.
Y así, todo.
4 comments:
Una maravilla de artículo José. CASIO for ever. Aunque para el tema laboral y deportivo he de admitir que algunos smartwatches tienen ventajas serias, y alterno su uso con mis longevos CASIO. Un saludo, Roberto.
Pienso exactamente igual que tú, José. Cuando miro un reloj, quiero saber la hora. Ni más ni menos. No necesito andar apartando mentalmente miniesferas (ruido visual al fin y al cabo) y tardar más de lo necesario en obtener la hora. Siempre he sido muy fan de los relojes Casio, caí rendido con el primero que tuve. Ya no lo tengo y no recuerdo el modelo, pero hace unos años pude comprar uno bastante parecido aunque un poco más moderno, el mítico F-91W, por el módico precio de 9 euros.
Cuando estuve viajando a Japón me di cuenta de los relojes que llevaba la gente y me volví a interesar, así que busqué y conseguí encontrar uno que cumplía con algunos requisitos: un Casio AQ-S810W, que no es G-Shock, pero se parecen bastante estéticamente. Tiene varias ventajas:
- Las mismas que comentas básicamente.
- Tiene horas de muchos países, con lo que al aterrizar en tu destino sólo tienes que seleccionar la hora alternativa y pulsar los dos botones superiores simultáneamente y así cambia rápidamente entre horas.
- Aunque tiene batería, el fondo de la esfera es un panel solar. Se recarga simplemente con la luz ambiente diaria. Con un buen uso del reloj, no habría que cambiar la batería nunca.
- No hay problema por mojarlo, es sumergible.
- El precio es asombroso: 29 euros.
Muchas gracias por tus artículos e ilustraciones de nuevo.
No puedo estar más de acuerdo, y qué buena la cita esa de "eres tú el regalado", jeje, ciertamente en muchas marcas "de renombre" es así.
Por supuesto preciosas imágenes, con unos dibujos que encandilan al instante. Y el GW-5000 qué decir, una preciosidad. La conclusión final de tu artículo, y su exposición respecto a lo que representa un Casio Collection en la sociedad occidental, es fantástica y estoy absolutamente de acuerdo con ella. Y es que no hay reloj que dé más satisfacciones que un Casio "baratillo" de estos, y su potente alarma (al ser las cajas tan simples) es de lo mejor que uno puede ponerse en la muñeca.
Mis felicitaciones por este fantástico post, José.
Parece que a todos los que nos marcó el TGW-100 hemos pasado por el GW-6900.
Tenemos una preferencias muy similares, aunque a mi los mecánicos siguen encandilándome.
Post a Comment